La rutina en nuestra vida

Es habitual que transcurrido algunos años las parejas caigan en la costumbre y dejen de seducirse. Esa actitud los llevará irremediablemente al fracaso, porque tarde o temprano uno de los dos dirá adiós. ¿Cómo afrontar esto?.

El matrimonio es considerado por algunas parejas como la consumación máxima de su amor, el cimiento para formar una familia, y una puerta abierta hacia la felicidad. Para otros, es el fin del romanticismo, y la bienvenida al acostumbramiento.

Si manejas este último concepto es muy posible que su relación esté destinada al fracaso, ya que la falta de comunicación derivará en ausencia de sexo, y el día menos pensado despertará en la misma cama con alguien que le parecerá un completo extraño.

Macarena es secretaria y está casada hace ocho años. La relación con su marido la define como buena, pero admite que han pasado por momentos muy complicados.

‘Hace unos años pensé que nos íbamos a separar, porque se volvió todo tan aburrido que me pregunté para qué seguíamos juntos. Llegábamos del trabajo a ver tele y a dormir, no teníamos temas en común y eso me deprimía’, relata.

Además, nos cuenta que la sexualidad se volvió escasa y monótona. ‘Como tenemos un hijo, todo giraba en torno a él. Nos conocíamos tanto que no había sorpresas en el sexo, pero me aburrí y hablamos la situación. Le dije que éramos jóvenes y vivíamos como viejos, que si seguíamos así era mejor no seguir casados’, cuenta.

La advertencia de Macarena fue una señal de alarma para su esposo, y con gran madurez decidieron recuperar el pololeo.

‘Creo que nos ayudó el hecho de que soy muy frontal, y aunque es espantoso sentir que la rutina nos atrapa, hay que salir de eso aunque cueste. Ahora llamo a mi marido y le pido que me venga a buscar al trabajo, que nos tomemos un trago, vamos al cine, buscamos hacer algo que nos permita llegar contentos a la casa’, recalca.

Aunque Macarena fue capaz de superar la crisis resulta que son muchas las parejas que no lo logran, porque se sienten tan agobiados y cansados, que les resulta más cómodo quedarse como están, en vez de buscar una solución que les devuelva el romanticismo y la sexualidad.

Fuente

Al dejarnos arrastrar por la rutina dejamos que la relación se quede paralizada
y que poco a poco el amor desaparezca de nuestra vida.
No cuesta nada hacerle sentir a nuestra pareja que le importamos, que le queremos
con gestos de cariño, ternura y comprensión cuando nos necesite.
En la medida de nuestras posibilidades sorprenderle con un regalo, que incluso si no
tenemos dinero lo podemos hacer como una manualidad, un paseo en la playa, o una
tarde romántica a la luz de unas velas.
Esos pequeños gestos pero no por ello menos importantes hará muy feliz a nuestra
pareja y mantendrá la llama del amor viva.
Cuantas veces hemos envidiado a esas parejas que siguen siendo cómplices en sus
relaciones aunque lleven muchos años de relación, pensemos que eso no es un bien
de pocos y conseguirlo esta al alcance de nuestro corazón.